Monday, December 18, 2006
"¿Cómo alguien puede pretender teorizar acerca de lo que es el ser humano cuando todos somos tan diferentes?"
Alguna vez me hicieron esa pregunta...abrí mucho los ojos y no supe que contestar. Es una pregunta difícil, pero más complicada se volvió cuando me di cuenta que llevaba tres años estudiando todo aquello que no es material y que define al hombre y que aún así no podía contestar esa pregunta básica.
La pregunta se quedó un periodo de tiempo largo dando vueltas en mi cabeza, cuando pensaba en aquello me aparecían imágenes de S. Freud, de L. S. Vigotsky, de J. Piaget, de D. Gardner y de muchos otros, que han escrito tanto, y me preguntaba "¿cómo?" Lo único que puedo responder es que realmente no somos tan impredecibles, nada lo es. Dentro del caos siempre existe un orden, puede ser imperceptible, pero esta ahí, esperando a que lo descubramos. Los seres humanos seguimos patrones, tenemos instintos y estamos inmersos en una cultura, un lugar y momento histórico que nos determina, heredamos características físicas y comportamentales de nuetros familiares.
Las posibilidades de ser de un hombre son infinitas, en cada personalidad se combinan miriadas de sucesos y resultan en un único ser. En "El jardín de los senderos que se bifurcan" Borges ejemplifica esto maravillosamente: en una versión de la historia el ladrón es perseguido, si se hace un ligero cambio, la historia cambia completamente y el ladrón es el que perisgue y así con un cambio pequeñito cada vez la historia da un giro total. Cada camino llega constantemente a una bifurcación, depende del lado que escojamos lo que se nos presentará después, sin embargo, los otros caminos no desaparecen, continúan ahí, de manera latente. Javier Marías decía que no solo somos aquellos que decidimos ser, si no que también nos componemos de todos aquellos que nunca fuimos y pudimos haber sido su hubieramos escogido otro camino.
Esto complica las cosas de una manera monstruosa, las vuelve inabarcables. Sin embargo, yo creo que hay algo en la naturaleza del hombre, algo inherente a él, que lo vuelve un posible sujeto de estudio. Los hombres tenemos una tendencia a parecernos a nuestros semejantes, la imitación es una de nuestras principales armas de supervivencia y adaptación al medio ambiente. Desde pequeños imitamos a aquellos cercanos a nosotros, nos acoplamos a una forma de vivir, de ser y de comportarse que es aceptada en nuestra cultura, admiramos a otros seres humanos y queremos ser como ellos, nos sentimos identificados. Es muy poca la gente que se sale de esta sentencia y la que así lo hace es rechazada, recluida o reprimida y los menos llegan a ser considerados genios.
Es por ésto que los pensamientos, sentimientos, acciones y motivaciones del hombre son clasificables, explicables y quizá, solo quizá predecibles. Se puede teorizar acerca del hombre, aunque la exactitud todavía la tengamos que dejar para las ciencias duras.
& 9:17 PM