Esa noche Ambar tuvo un sueño muy extraño, del que se despertó sudando y con una sensación de frescura en el pecho, algo como el "vic vaporrub".
Iba caminando por un parque, eran las 6 de la tarde, la luz era muy intensa pero el sol estaba ya muy cerca del horizonte, las sombras estaban todas alargadas, el verde del pasto era brillante, extrañamente luminoso.
Caminaba entre los árboles y a lo lejos divisó un objeto extraño, se acercó caminando, sin dejar de mirarlo y pronto noto que eran dos objetos, dos globos, flotando a la altura de su pecho, uno era rojo y uno era gris, los dos globos oscilaban en el aire, uno al lado del otro.
Ambar los miraba con el ceño fruncido y desconfianza, sin embargo se sintió atraída por ellos, sintió ganas de acercarse, sentía una combinación de miedo y fascinación. Mientras más se acercaba ella a los globos, los globos también se acercaban entre sí, siguió acercándose hasta que las paredes de los globos se rozaron, siguió adelante y vio como los globos se apretaban el uno contra el otro, vió como se juntaban y se apretaban, se acercó más y los globos comenzaron a deformarse.
Entonces observó algo espectacular, mientras más se acercaba, los globos se deformaban más, pero de una manera imprevisible, desafiando la física se estrujaban en todas direcciones, se movían con ritmo, intentando que la mayor área de superficie estuviera en contacto con el otro, se tocaban de forma violenta.
Ambar se acercó mas y cuando estuvo a solo unos centímetros de ellos, los globos se estrujaron con tanta fuerza que reventaron, fue una explosión silenciosa, pero el aire que salió de ellos a presión lo hizo con tanta velocidad que golpeo a Ambar en el pecho y la tiró al pasto quitándole el aliento, en su pecho se abrió una herida profunda, no sentía dolor, solo un inmenso calor, de la herida comenzaron a salir millones de flores, flores etéreas de vapor, flores exóticas de colores brillantes, Ambar podía distinguir el olor de cada una de esas flores, podía ver como se alejaban y se iban flotando, se sentía mas débil a cada segundo, sentía como la vida se le iba por el pecho, su vida en forma de flor, se sentía embriagada por el olor, se sentía tan feliz, tan tranquila, se íba volviendo etérea, transparente, como las flores....
Mis ojos cansados de mirar hacia adentro buscan una salida en códigos indestructibles pero a la vez tan etéreos.
Tengo miedo
la tarde es gris
y la tristeza del cielo se abre
como una boca de muerto
