Ámbar es una mujer color trigo claro con cabello anaranjado, muy lacio y revuelto. Con un copete disparejo que le cubre toda la frente. Tiene unos ojos cafés grandes y obscuros, y muy brillantes. Y muy expresivos. Es muy inteligente, pero su inteligencia es discreta, solo las personas que la conocen bien se percatan de ella. También todo el que sabe leer miradas puede darse cuenta. A veces, cuando mira algo, parece como si lo estuviera descifrando por completo, como una lectora de código de barras. El ambar es resina fosilizada y guarda los secretos mas antiguos de la tierra. A veces parece como si tuviera una nube atrapada dentro, se dice que es una nebulosa, ambar con nebulosa, lo que pasa es que un poco de la atmósfera de ese tiempo se quedo atrapada ahí, y ahora esta guardada, esperando a que alguien la descubra.
Ambar, con los ojos cerrados, sueña que alguien la descubre, se tira en la hierba respirando despacio con un libro entre las manos soñando. Soñando que alguien la descubre. Siempre ha llevado un libro entre las manos, desde que aprendió a leer. Al principio, solo leía aquellos cuentos infantiles que su mamá le ofrecía, pero sus favoritos siempre habían sido los mas terroríficos, como el de Barba azul, luego le empezaron a llamar la atención los libros prohibidos, fue así como leyó, El Perfume, a los 9 años y se quedó impactada, no por el carácter sádico de Grenouille, sino por la fuerza que podía tener el sentido del olfato, la importancia de los aromas, y el significado que tienen.
Desde entonces tuvo dos pasiones, analizar los aromas y leer.
Analizaba todos los aromas, tanto los agradables como los desagradables, y oidaba los olores fuertes. Odiaba los perfumes por que lo saturaban todo, y no dejaban percibir aquellos pequeños aromas que eran los que en realidad le daban el significado al momento. Se sabía de memoria el olor de todas las casas de sus amigas, y cuando dejaban alguna prenda olvidada y no sabía de quien era, solamente la olia y sabía al instante quien era su dueña, por que olia a su casa. Sus sueños eran festivales de olor y de colores. Soñaba con el olor de las cascadas y de la tierra mojada.
Mis ojos cansados de mirar hacia adentro buscan una salida en códigos indestructibles pero a la vez tan etéreos.
Tengo miedo
la tarde es gris
y la tristeza del cielo se abre
como una boca de muerto